Platón es un filósofo griego que siempre me ha parecido pesado. Su modo de escribir es pesado, sus libros son pesados, seguir el curso de su pensamiento es enrevesado y pesado, decididamente. Pero creo que, con todo, tienen razón aquellos que ven en él a un maestro. Polo dice que el platónico juega una buena carta (y enseguida dice que no la mejor, y se carga la teoría del conocimiento y la ontología platónica, pero eso es otro asunto).
Lo cierto es que Platón es el padre de la política occidental: del pensamiento político, de la responsabilidad política, del desenmascaramiento ideológico y, ¿por qué no?, de las posibilidades del fascismo y de los integrismos. Creo que la República, por no ir más lejos, puede leerse en clave integrista y anti-integrista.
Pero lo que Platón nunca olvida es que el hombre el que en su propia vida da sentido a la realidad política (o civil). La política entonces, por más que sea dicho, no puede ser un juego. Este es el gran error, creo, de Raskolnikov y de Dolgoruki (y, en general, del ideal romanticista-eslavófilo). En el fondo, todo está contenido en la frase de la misma República, que podemos parafrasear:
El mayor precio a pagar por renunciar a la participación política es ser gobernado por tus inferiores.
O, en palabras de la nueva campaña de "Tu rock es votar": Si no votas, cállate.
jueves, marzo 09, 2006
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2 comentarios:
Seguramente Platón también era pesado. Y al final de su vida, gordo. Y más pesado. No sé, a mí la mayor parte de las personas me parecen pesadas. Yo sólo puedo cargar bebés, pero no por mucho tiempo.
Excelente: Polo dice que el platónico juega una buena carta (y enseguida dice que no la mejor, y se carga la teoría del conocimiento y la ontología platónica, pero eso es otro asunto).
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