Hace algunos días leí una anécdota muy interesante que recogió Alexander Witeschnik sobre una de las más curiosas y extravangantes interpretaciones de la Novena Sinfonía de Beethoven.
La anécdota sucede en Mayo de 1872, cuando al terminar la ceremonia de la colocación de la primera piedra del “Teatro del Festival” (Festsphielhaus), en Bayreuth, Richard Wagner, dirigió la “Novena” de Beethoven en el Teatro del Markgrave y un periodista escribió lo siguiente: “¡Después de romper tres batutas, Wagner, dirigió con la pata de una silla!”.
jueves, julio 20, 2006
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3 comentarios:
Extravagancia, sentido del deber, sentido de ser original, etc. O todo junto?
quien sabe.
Anoto aquí para que no se traspapele una referencia a propósito de L'eleganza: un artículo que salió el domingo pasado en el "Sunday Magazine" del "New York Times" sobre los estampados en las tícherts.
Saludos.
Aquí de nuevo saludando. De Regreso a la blogósfera!!!!!!!!!!
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