viernes, mayo 09, 2008

Experiencia estética en la tarde

Viernes, 17 hrs, 27° c, Periférico, velocidad, aire, 3° mov del Verano de Vivaldi, Biondi.

* * *
Me gustaría morir oyendo el 2° movimiento del 5to concierto para piano y orquesta (Concierto Emperador) de Beethoven.

6 comentarios:

david-. dijo...

Yo desperté, hoy, me serví uno de esos grumosos platos de cereal de sábado en la mañana, vi la lluvia golpear -aburrida- las ventanas, prendí la televisión... y estaba la orquesta de rtve tocando la 5a de Dvorak: ¡totalmente excelente, carajo!

El Justo Medio dijo...

Consigue una mujer, amigo, que te hable al oído y despreciarás como ingenuos los acrodes que mencionas.

Darío Zetune dijo...

me gustaría morir en brazos de un efebo mientras escucho a Belanova

RACHE dijo...

Qué buen modo de morir!

Eso de la mujer está bien para vivir pero para morir sí está bien vivaldi. De otro modo tendrías que matar a la mujer.

Ochoa dijo...

no creo que te convenga morir escuchando algo que te guste porque desearás no morir, mejor escucha algo que aborrescas y sentirás que "pasarás a mejor vida".

Unknown dijo...

Sofi: Ciertamente es una consideración que no había tomado en cuenta. No sé si lo que escriba sea una adecuada respuesta al comentario que pones, sin embargo fue lo que pensé cuando leí tu comment. Quizá sea cuestión del enfoque con en el que uno se enfrente a la muerte. Hace un par de años tuve la oportunidad de ver dos películas que en cierto sentido me dejaron atónito por la manera en que se trata la muerte: el Hombre bicentenario y A.I. En las dos películas se trata la historia de un robot y se deja ver, desde cierta perspectiva, como la muerte es una cosa esencial en el hombre, casi deseable. En el Hombre Bicentenario la temática central es deteminar que aspecto de la vida del hombre es realmente esencial, para poder considerar a un robot --con inteligencia artificial--, como hombre; ese aspecto resulta ser la posibilidad de morir. En A.I. la imposibilidad de morir, y la posibilidad de permanecer eternamente en este “mundo” me propuso el mayor de los hastíos. Creo, que todos tenemos un natural deseo a morir. Ese deseo de morir, quiero pensar, permanece como un capullo que algún día brotará en un nuevo ser.

Mientras escribo, pienso también que lo que pongo arriba esta bien, pero podría ser idealista, no siempre estamos preparados para morir; en cualquier momento se podría presentar la muerte: un accidente, etc. O simplemente amamos a tanta gente aquí que no quisiéramos separarnos de ella. ¿La vida será una preparación para la muerte? No lo sé. Hace poco escribí un texto, ahí me preguntaba sobre la esperanza y la muerte. http://sfumata.blogspot.com/2007/08/in-te-domine-speravi-non-confundar-in.html

Lo que sí, pienso, es que la muerte es uno de esos "misterios" esenciales en la existencia del hombre, pues parece ser el único destino seguro para los que estamos aquí.