viernes, agosto 06, 2010

Inception




Intensas y cuantiosas emociones se sufren al internarse en esta nueva producción de Nolan. El director y guionista inglés presenta una nueva obra haciendo gala de todas las excelentes cualidades que como cineasta posee y que lo han caracterizando en sus últimos films.

En este caso el británico nos presenta una mirada a la conciencia y su constitución con una agudeza que ha cimbrado de manera profunda a quién ha podido contemplar este nuevo film. Nolan nos invita a caminar en ese oscuro y desconocido, y a la vez cotidiano, sendero que es la conciencia y los elementos que la componen.

Oscuro porque aunque aparentemente la conducta y la accón sean en el hombre dimensiones transparentes, muy al contrario, en la realidad profunda, actuar y las decisiones que motivan nuestra actuación, es la suma, de una complejidad de experiencias e inclinaciones que nos afectan.

La tesis de Nolan es interesante: las motivaciones para la actuación responden a una continua hermeneia de lo que soy, de lo que creo que soy y de la proyección de lo que quiero ser, todas estas enmarcadas en la conveniencia que ellas presentan para mi fin propio (personal). Las capas de los sueño que se ocupan como figuras en la trama de la película son un reflejo de cuan complejas son nuestras decisiones y la razones que les dan motivo. Hablan de lo profundo que pueden llegar a estar el núcleo de la elección humana y a la vez de la amplia relación que hay entre la voluntad y la verdad.

Muchas personas podrían incomodarse profundamente con una primera mirada a la tesis de Inception, ya que la verdad podría quedar expuesta como relatividad, pues la elección de una u otra idea se funda directamente en la creencia. Sin embargo la presentación de este momento aporético es exquisito pues muestra la dinámica que se juegan entre esas dos variables.

Sin embargo Nolan busca ser concluyente, y arma bien su argumento: sabe de la complejidad que se juega entre verdad y el acto de creer la verdad, y presenta la vía de la vida, del sentir-se , y guía a través del bios a la verdad. El vehículo en esta caso es el dolor, el dolor te conecta con el mundo. Su solución es interesante, es alternativa, la vida y la conexión con ella es la que me mantiene fuera de la locura. El compromiso con la vida es recibirla del modo que venga, el antídoto contra los fantasmas y la irrealidad es la fidelidad y el abrazo de sus convenientes e inconvenientes.

En fin, el trabajo de Nolan, como siempre impecable: sabe administrar las herramientas que tiene y es un gran diseñador de argumentos con la riqueza que el cine le permite.