Ayer en la presentación de libro de Rodrigo Guerra "Como un gran movimiento" tuve oportunidad de realizar varias reflexiones. Una de ellas fue que a pesar de que Carlos A., uno de los presentadores del libro, siempre me ha parecido un tipo de ultraderechas y que por tal razón todo tipo de discurso que genere me hubiera parecido desacreditado, he de reconocer que realmente es un fantástico orador.
Que importante es que la gente tenga convicciones, pensaba cuando le oía hablar; mientras más arraigadas las convicciones más atractivos resultan los discursos de aquel que las posee. Esta pequeña experiencia me hizo meditar en como grandes pueblos han sido capaces de seguir a grandes locos; cuando hay gente con convicciones tan arraigadas y tan firmes, arrastran de una manera increíble.
Es un fenómeno curioso como cuando alguien están seguro de su discurso, se vuelve tan atrayente. La elocuencia tan ágil, tan rica, tan fuerte, engendra la convicción en el oyente -por lo menos emocionalmente- que aquel a quien se escucha es una persona digna de ser creída.
Las masas que por lo regular son de inteligencia media resultan ser blanco fácil para este tipo de seres ¿Por qué? Porque la masa es emocional. Y las emociones son el mejor modo para poder llegar a controlarlar al que mucho siente y poco piensa.
viernes, febrero 16, 2007
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