viernes, junio 22, 2007

Más Balthasar

No pude no compartir este texto:

"...la distancia que es irrenunciable en el amor: "En el amor verdadero, los que se aman no están pegados el uno al otro, sino que se tienen la distancia que es necesaria para verse por completo el uno al otro y encontrarse". Cada uno deja al otro el "tiempo" y el "espacio" para preparar y presentar sus deseos o "preparar sus regalos". Sin esa distancia personal en la circumincessio de las personas no sería inteligible ni la distancia entre la criatura y Dios, ni la lejanía económica del Hijo respecto del Padre (hasta el abandono)"

(BALTHASAR, Hans Urs von, Teodramática. Vol V, El último acto, Madrid 1997, 96).

martes, junio 12, 2007

De profundis



¿Puede transformarse la naturaleza humana completamente? ¿El hombre, creado bueno por Dios, puede ser convertido en malo por el hombre? ¿Puede el alma ser rehecha enteramente por el destino, y volverse mala si es malo el destino? ¿Puede el corazón deformarse y contraer dolencias incurables bajo la presión de una desgracia desproporcionada, como la columna vertebral bajo una bóveda demasiado baja? ¿No hay en cualquier alma humana, no había en la de Jean Valjean en particular, una chispa primitiva, un elemento divino, incorruptible en este mundo, inmortal en el otro, que el bien pueda desarrollar, fortalecer, purificar y hacer brillar esplendorosamente, y que el mal nunca pueda apagar?

(Los miserables, I, 2, 7)