Desde hace varios días tengo la obsesiva idea de pensar acerca de la evolución del hombre. Esa obsesión surgió mientras consideraba la cantidad actual de información que hay en el mundo. Pensaba en la manera en que toda esta información superaba nuestra posibilidad conocerla, y a la vez reflexionaba, que si existen condiciones para evolucionar en el ser humano, seguramente evolucionaremos, entre otras cosas, en lo relativo a esta capacidad. Quizá, y me parece que existen ya muchas hipótesis alrededor de esto, probablemente nuestro cerebro evolucionara en este sentido. Seguramente nuestra capacidad de síntesis mejoraría, y tal vez aprenderíamos con mayor velocidad. No lo sé, a la vez que considero esto también, en mi mente pasa el momento volitivo que tiene todo aprendizaje. Para aprender es necesario querer aprender. Quizá como raza ya no evolucionaremos, para eso hay hábitos, evolución hiperformal de nuestra capacidades que depende de nuestro querer, de nuestra decisión.
Pero bueno lo anterior, no ha sido el objeto de mi obsesión. Lo que la generó fue que, pensando, en esa posibilidad de evolucionar, imaginaba en lo que sucedería, si en dado caso de que hubiera ese avance de la especie, tuviéramos la capacidad de atender varias cosas al mismo tiempo. Es claro, que actualmente, nuestra capacidad de atención es muy limitada, no somos capaces de enfocar nuestra conciencia más que un solo punto. Nuestra concentración sólo puede dirigirse a un foco. La unidad de la experiencia inmediata se circunscribe a un solo punto ¿Pero qué pasaría si hubiera la posibilidad de una atención múltiple? Este pensamiento es el que ha circulado en mi mente ¿qué pasaría si pudiéramos atender varias cosas al mismo tiempo? Encontré varias dificultades; entre las que más analizé y sigo considerando, es la problemática de la unidad de la conciencia existencial de la persona. La posibilidad de múltiples focos de atención implicaría una conciencia de cada momento de atención. Pero ¿cómo podría ser posible que un ser se disgregara de manera simultánea en el tiempo?, ¿cómo podríamos seguir siendo ese uno que somos?, ¿cómo se articularía la unidad de la experiencia? Seríamos varios al mismo tiempo, y nuestra unidad en el actuar parecería rota, y el núcleo de lo que somos carecería de identidad. Esto es filosofía ficción, y un ejercicio casi lógico, sin embargo me hizo pensar en Dios y en ese atributo de ominisciente que se le suele dar, y la complejidad que en Dios implicaría atender a todo el universo y cada momento de él. ¿Cómo es que Dios guardaría unidad a través de la multiplicidad de momentos que tiene el universo completo? La idea de infinitud de Dios se suele considerar a través de un solo momento: se hace una complexión del tiempo en la infinitud. Sin embargo hay una gran trampa en está consideración del tiempo, pues se hace de manera presencial. El truco está en la extrapolación de la presencia, con ella se suele resolver el problema del tiempo en Dios, sin embargo es absurdo pues la presencia es negación de ser y por tanto del tiempo. La consideración de la omnisciencia de Dios es totalmente problemática. Definitivamente hay cosas insondables.