miércoles, diciembre 31, 2008
Buda...
...estaría muy complacido de oír "Tengo Todo" de Café Tacuba
suspectes relations à:
Anulación de la persona,
Mejor grupo de rock mexicano
viernes, diciembre 19, 2008
V for Vendetta, desmenuzando esa gran película
Una vez más, como ya varias veces lo he hecho, he visto el final de V for Vendetta. Hoy, como siempre, me estremecí al contemplarlo. Hoy de manera particular me he fijado en las excelentes figuras que maneja en el final. Las máscaras. Las máscaras son una excelente figura; todas aquellas personas que camina al final con la máscara de Vendetta figuran la alienación en la que se puede vivir. En el caso de la película, parecen representar ese silencio ante la imposición del pensamiento de un sistema, en general esas máscaras representan esa serie de prejuicios que por imposición, o no, poseemos. Despertar es uno de los ejes que con más insistencia se manejan en la película. Despertar es la noción, desde mi perspectiva, más importantes de la película. La destrucción del parlamento es un despertador enorme, cuyo engranaje es movido por pequeños engranes que se convierten en pequeños despertadores a lo largo de la película. El momento culmen de la película sucede cuando la gente se retira la máscara; cuando parafraseando a Evey Hammond, todos se descrubren como Vendetta, y al descrubrirse como tales se deja de ser Vendetta para ser el yo que ha sido constituido con ese bautizo que es el abrir la conciencia.
Prometo escribir un artículo mucho más maduro y bien relacionado; por ahora solo reuno ideas y reflexiones quizá no del todo bien hiladas, de lo que podrá ser ese artículo
Prometo escribir un artículo mucho más maduro y bien relacionado; por ahora solo reuno ideas y reflexiones quizá no del todo bien hiladas, de lo que podrá ser ese artículo
suspectes relations à:
Despertar,
Máscaras,
Miedo,
V for Vendetta
lunes, diciembre 15, 2008
La llama doble I
"El amor es una apuesta, insensata, por la libertad. No la mía, la ajena"
Paz, Octavio; La llama Doble, pag.60
suspectes relations à:
La edad de casarse llega antes de la de quererse. NIETZSCHE Friedrich
martes, noviembre 04, 2008
Bitácora de cosas sobre las que debería escribir y no he escrito
1. El miedo: estructura máxima de alienación.
2. "Los límites de la libertad" (así entre comillas)
3. El conocimiento de uno mismo a través de lo Otro, otro.
4. La mayéutica herramienta para la educación de sí. (la proyección de sí)
5. El ser humano no es un ser dual, es tríadico.
6. El pecado del saber saber absoluto
7. Realidad-Causalidad :: Subjetividad-Hermenéutica
2. "Los límites de la libertad" (así entre comillas)
3. El conocimiento de uno mismo a través de lo Otro, otro.
4. La mayéutica herramienta para la educación de sí. (la proyección de sí)
5. El ser humano no es un ser dual, es tríadico.
6. El pecado del saber saber absoluto
7. Realidad-Causalidad :: Subjetividad-Hermenéutica
domingo, septiembre 21, 2008
sábado, agosto 23, 2008
domingo, agosto 03, 2008
domingo, julio 06, 2008
lunes, junio 23, 2008
Dialéctica Vida-Teoría
"En el inicio era una realidad sin nombre, y ahora es un nombre sin realidad."
Abu Hafs al-Nishaburi, citado por Huywiri en el Kashf al-Majyub
domingo, junio 22, 2008
sábado, junio 07, 2008
¿?
"Si todo es imperfecto en este mundo imperfecto, el amor es lo más perfecto de todo, precisamente por su perfecta imperfección"
Diálogo en el Séptimo Sello de Ingmar Bergman
sábado, mayo 24, 2008
Experiencia estética en la mañana
Sábado, 12 hrs, 28° c, Viveros, jogging, verde, FC 137, Paranoid Android, Unplugged, Radiohead.
domingo, mayo 18, 2008
Antonius Blok se está confesando. Tras la reja está la muerte. (El caballero todavía no lo sabe). De vez en cuando mira a un crucifijo situado en una pared.
Antonius Blok.- Quiero confesarme y no sé qué decir. Mi corazón está vacío. El vacío es como un espejo puesto delante de mi rostro. Me veo a mí mismo, y al contemplarlo siento un profundo desprecio de mi ser. (Pausa) por mi indiferencia hacia los hombres y las cosas me he alejado de la sociedad en que viví. Ahora habito un mundo de fantasmas, prisionero de fantasías sin sueños.
MUERTE.-Y a pesar de todo no quieres morir.
Antonius Blok.- si, quiero.
MUERTE.- Y entonces a qué esperas.
Antonius Blok.-Deseo saber qué hay después.
MUERTE.- Buscas garantías.
Antonius Blok.-Llámalo como quieras.
Antonius Blok.- Quiero confesarme y no sé qué decir. Mi corazón está vacío. El vacío es como un espejo puesto delante de mi rostro. Me veo a mí mismo, y al contemplarlo siento un profundo desprecio de mi ser. (Pausa) por mi indiferencia hacia los hombres y las cosas me he alejado de la sociedad en que viví. Ahora habito un mundo de fantasmas, prisionero de fantasías sin sueños.
MUERTE.-Y a pesar de todo no quieres morir.
Antonius Blok.- si, quiero.
MUERTE.- Y entonces a qué esperas.
Antonius Blok.-Deseo saber qué hay después.
MUERTE.- Buscas garantías.
Antonius Blok.-Llámalo como quieras.
lunes, mayo 12, 2008
A Love Song For Bobby Long
No soy crítico de cine. Pero, cuando una película me conmueve, me parece genial, porque no me resulta fácil conmoverme ante una película. Y es que la falsa conmoción bzw. la cursilería es tan burda y mecánica que su logro deja sólo asco: basta con pegar un par de clichés juntos y expresarlos de manera chabacana, de modo que mueva el sistema afectivo del espectador antes, incluso, de que él mismo se dé cuenta.
Pero ¡quién sabe! A lo mejor sí soy un cursi, y nada más (humano demasiado humano). En todo caso, sé que esta película me conmovió tanto como, en su día, Magnolia, uno de los mejores y más fuertes dramas que he visto jamás.
"Everything and everyone has gone to seed in A Love Song for Bobby Long, Shainee Gabel’s drama about betrayal, redemption, and the ghosts that continue to haunt a trio of down-on-their-luck Southerners. (…) But in a film filled with potentially showy roles, A Love Song for Bobby Long’s trio of lead performances are surprisingly believable, and in his finest work in at least a decade, John Travolta goes to work chomping on the picturesque scenery as the titular Long, a larger-than-life figure convinced that atonement is achieved only through self-destruction".
La película está basada en una novela de Ronald Everett Capps, que ni aparece en Wikipedia. El screenplay es del director, el tal Shainee Gabel, que sólo ha dirigido otra película: Anthem (1997; no tengo ni idea de ella). A Scarlett Johansson la nominaron para un Globo de Oro por su actuación. Tiene, a lo largo, deliciosas citas de literatura inglesa. John Travolta, a quien consideraba un pésimo actor, es sublime aquí, y declama como un grande. Dejaré sólo las primeras palabras de un poema de Dylan Thomas (To Others Than You), pronunciadas en el momento central de la película: "Friend, my enemy, I call you out..."
Por supuesto, he estado leyendo a Dylan Thomas desde entonces. Qué fuerte...
viernes, mayo 09, 2008
Experiencia estética en la tarde
Viernes, 17 hrs, 27° c, Periférico, velocidad, aire, 3° mov del Verano de Vivaldi, Biondi.
* * *
Me gustaría morir oyendo el 2° movimiento del 5to concierto para piano y orquesta (Concierto Emperador) de Beethoven.
lunes, abril 28, 2008
Encuentro con lo Vivo
Este texto lo escribí con motivo del encuentro con una persona con quien espero profundizar en amistad y como evocación de otra persona de la cual tengo el gusto de poseer su amistad
Después de varios años de rondar por la amplia avenida de la existencia sin toparme con alguno cercanamente real, el día de ayer recordé que hay seres especialmente vivos en este mundo. Decir eso de especiales, se oye, quizá, pueril, y hasta afeminado, pero no se me ha ocurrido, a esta hora de la noche, denominarlos de otra manera. La impresión que obtuve hace algunos momentos me hizo recordar con bastante pristinez lo que son estos seres. He podido evocar con claridad sus principales rasgos, y al verlos y re-sentirlos nuevamente, no he querido perder la oportunidad de tematizarlos de cierta manera. El “de cierta” manera responde a que lo especial de estos seres es difícil de tematizar, ya que parte de su especialidad consiste en su conexión con la vida, y creo que la vida es algo imposible de tematizar; se la puede magullar, y salvajemente insertar en esa presencia y generalidad que son los conceptos, pero imposible de considerar como tal sin el prejuicio muerto y estático que llega a ser la consideración mental. De éstos no hay muchos, son un bello modelo a seguir, sin embargo, llamarles también modelo es un error: ser como son no se enseña, pues lo que son es lo que viven, y lo que viven no se puede vivir en lo otro, pues es entonces ya no es vivir. Suelen pasar, para algunos ojos, ocultos, detrás del estruendoso ruido de la vanalidad de esos otros egos inflamados y artificiales; detrás de la cotidianeidad rutinaria. Cuando uno se ha cansando de ver lo mismo y lo mismo —la mismidad reproducida a través de factores dimensionales repetitivos, frutos de la defensa de un yo contra el mundo— por suerte aparecen. Los caracteriza su espontaneidad. Su ser es una especie de cielo real, pues la fluidez de su existencia se entrelaza con el momento; son fuentes que emanan agua siempre distinta. Poseen la riqueza de la novedad, y guardan una contradictoria identidad en el movimiento. Su rica vida emocional esta adecuadamente correlacionada con los valores que exteriormente descubren; nunca exagerados, siempre deliciosamente equilibrados. Su adecuada proporción en todo los convierte en seres tremendamente deseables para la co-existencia, pues la autenticidad de su vida hace desaparecer la monotonía, que en algunos momentos, resulta ser la existencia. En ellos no hay tedio, pues el tedio es lo más lejano a la vida; muy al contrario, tienen pasión por la vida, su existir es un alegre divertimento que recorre cualquier tipo de escala, siempre concorde al momento y a la situación: no son vagos graves, ni estridentes agudos, si no, como una sinfonía, suelen llevar un compás lleno de expresivos matices, en un encuentro de instrumentos fusionados para dar la alegre y bella tonalidad que en el instante se formula en un cálido sonar.
Después de varios años de rondar por la amplia avenida de la existencia sin toparme con alguno cercanamente real, el día de ayer recordé que hay seres especialmente vivos en este mundo. Decir eso de especiales, se oye, quizá, pueril, y hasta afeminado, pero no se me ha ocurrido, a esta hora de la noche, denominarlos de otra manera. La impresión que obtuve hace algunos momentos me hizo recordar con bastante pristinez lo que son estos seres. He podido evocar con claridad sus principales rasgos, y al verlos y re-sentirlos nuevamente, no he querido perder la oportunidad de tematizarlos de cierta manera. El “de cierta” manera responde a que lo especial de estos seres es difícil de tematizar, ya que parte de su especialidad consiste en su conexión con la vida, y creo que la vida es algo imposible de tematizar; se la puede magullar, y salvajemente insertar en esa presencia y generalidad que son los conceptos, pero imposible de considerar como tal sin el prejuicio muerto y estático que llega a ser la consideración mental. De éstos no hay muchos, son un bello modelo a seguir, sin embargo, llamarles también modelo es un error: ser como son no se enseña, pues lo que son es lo que viven, y lo que viven no se puede vivir en lo otro, pues es entonces ya no es vivir. Suelen pasar, para algunos ojos, ocultos, detrás del estruendoso ruido de la vanalidad de esos otros egos inflamados y artificiales; detrás de la cotidianeidad rutinaria. Cuando uno se ha cansando de ver lo mismo y lo mismo —la mismidad reproducida a través de factores dimensionales repetitivos, frutos de la defensa de un yo contra el mundo— por suerte aparecen. Los caracteriza su espontaneidad. Su ser es una especie de cielo real, pues la fluidez de su existencia se entrelaza con el momento; son fuentes que emanan agua siempre distinta. Poseen la riqueza de la novedad, y guardan una contradictoria identidad en el movimiento. Su rica vida emocional esta adecuadamente correlacionada con los valores que exteriormente descubren; nunca exagerados, siempre deliciosamente equilibrados. Su adecuada proporción en todo los convierte en seres tremendamente deseables para la co-existencia, pues la autenticidad de su vida hace desaparecer la monotonía, que en algunos momentos, resulta ser la existencia. En ellos no hay tedio, pues el tedio es lo más lejano a la vida; muy al contrario, tienen pasión por la vida, su existir es un alegre divertimento que recorre cualquier tipo de escala, siempre concorde al momento y a la situación: no son vagos graves, ni estridentes agudos, si no, como una sinfonía, suelen llevar un compás lleno de expresivos matices, en un encuentro de instrumentos fusionados para dar la alegre y bella tonalidad que en el instante se formula en un cálido sonar.
viernes, abril 18, 2008
lunes, abril 14, 2008
Pensamientos I
Todo parece ir de Parménides a Heráclito y de Heráclito a Parménides. Díficil es encontrar lo de en medio.
miércoles, marzo 26, 2008
sábado, marzo 01, 2008
Llanto por Ignacio Sánchez Mejía
Con motivo del ya cercano aniversario del natalicio número cientos diez de Federico García Lorca, me voy a pemitir compartiles algunos de los poemas de este prodigioso artista. Hay quienes me han comentado, y se los comparto, que Garcia Lorca es de aquellos poetas cuya forma y fondo tienen perfecto balance. No lo sé, a mi me parece que lo consigue. Decidan ustedes. Por lo pronto posteo algo de lo que yo considero mejor logrado.
LLANTO POR IGNACIO SÁNCHEZ MEJÍAS
(1935)
A mi querida amiga
Encarnación López Júlvez.
1
(1935)
A mi querida amiga
Encarnación López Júlvez.
1
LA COGIDA Y LA MUERTE
A las cinco de la tarde
Eran las cinco en punto de la tarde.
Un niño trajo la blanca sábana
a las cinco de la tarde.
Una espuerta de cal ya prevenida
a las cinco de la tarde.
Lo demás era muerte y sólo muerte
a las cinco de la tarde.
El viento se llevó los algodones
a las cinco de la tarde.
Y el óxido sembró cristal y níquel
a las cinco de la tarde
Ya luchan la paloma y el leopardo
a las cinco de la tarde.
Y un muslo con un asta desolada
a las cinco de la tarde.
Comenzaron los sones de bordón
a las cinco de la tarde.
Las campanas de arsénico y el humo
a las cinco de la tarde.
En las esquinas grupos de silencio
a las cinco de la tarde.
¡Y el toro solo corazón arriba!
a las cinco de la tarde.
Cuando el sudor de nieve fue llegando
a las cinco de la tarde,
cuando la plaza se cubrió de yodo
a las cinco de la tarde,
la muerte puso huevos en la herida
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
A las cinco en punto de la tarde.
Un ataúd con ruedas es la cama
a las cinco de la tarde.
Huesos y flautas suenan en su oído
a las cinco de la tarde.
El toro ya mugía por su frente
a las cinco de la tarde.
El cuarto se irisaba de agonía
a las cinco de la tarde.
A lo lejos ya viene la gangrena
a las cinco de la tarde.
Trompa de lirio por las verdes ingles
a las cinco de la tarde.
Las heridas quemaban como soles
a las cinco de la tarde,
y el gentío rompía las ventanas
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
¡Ay, qué terribles cinco de la tarde!
¡Eran las cinco en todos los relojes!
¡Eran las cinco en sombra de la tarde!
2
LA SANGRE DERRAMADA
¡Que no quiero verla!
Dile a la luna que venga,
que no quiero ver la sangre
de Ignacio sobre la arena.
¡Que no quiero verla!
La luna de par en par.
Caballo de nubes quietas,
y la plaza gris del sueño
con sauces en las barreras.
¡Que no quiero verla!
Que mi recuerdo se quema.
¡Avisad a los jazmines
con su blancura pequeña!
¡Que no quiero verla!
La vaca del viejo mundo
pasaba su triste lengua
sobre un hocico de sangres
derramadas en la arena,
y los toros de Guisando,
casi muerte y casi piedra,
mugieron como dos siglos
hartos de pisar la tierra.
No.
¡Que no quiero verla!
Por las gradas sube Ignacio
con toda su muerte a cuestas.
Buscaba el amanecer,
y el amanecer no era.
Busca su perfil seguro,
y el sueño lo desorienta.
Buscaba su hermoso cuerpo
y encontró su sangre abierta.
¡No me digáis que la vea!
No quiero sentir el chorro
cada vez con menos fuerza;
ese chorro que ilumina
los tendidos y se vuelca
sobre la pana y el cuero
de muchedumbre sedienta.
¡Quién me grita que me asome!
¡No me digáis que la vea!
No se cerraron sus ojos
cuando vio los cuernos cerca,
pero las madres terribles
levantaron la cabeza.
Y a través de las ganaderías,
hubo un aire de voces secretas
que gritaban a toros celestes,
mayorales de pálida niebla.
No hubo príncipe en Sevilla
que comparársele pueda,
ni espada como su espada
ni corazón tan de veras.
Como un río de leones
su maravillosa fuerza,
y como un torso de mármol
su dibujada prudencia.
Aire de Roma andaluza
le doraba la cabeza
donde su risa era un nardo
de sal y de inteligencia.
¡Qué gran torero en la plaza!
¡Qué buen serrano en la sierra!
¡Qué blando con las espigas!
¡Qué duro con las espuelas!
¡Qué tierno con el rocío!
¡Qué deslumbrante en la feria!
¡Qué tremendo con las últimas
banderillas de tiniebla!
Pero ya duerme sin fin.
Ya los musgos y la hierba
abren con dedos seguros
la flor de su calavera
Y su sangre ya viene cantando:
cantando por marismas y praderas,
resbalando por cuernos ateridos,
vacilando sin alma por la niebla,
tropezando con miles de pezuñas
como una larga, oscura, triste lengua
para formar un charco de agonía
junto al Guadalquivir de las estrellas.
¡Oh blanco muro de España!
¡Oh negro toro de pena!
¡Oh sangre dura de Ignacio!
¡Oh ruiseñor de sus venas!
No.
¡Que no quiero verla!
Que no hay cáliz que la contenga,
que no hay golondrinas que se la beban,
no hay escarcha de luz que la enfríe,
no hay canto ni diluvio de azucenas,
no hay cristal que la cubra de plata.
No.
¡Yo no quiero verla!
3
CUERPO PRESENTE
La piedra es una frente donde los sueños gimen
sin tener agua curva ni cipreses helados.
La piedra es una espalda para llevar al tiempo
con árboles de lágrimas y cintas y planetas.
Yo he visto lluvias grises correr hacia las olas,
levantando sus tiernos brazos acribillados,
para no ser cazadas por la piedra tendida
que desata sus miembros sin empapar la sangre.
Porque la piedra coge simientes y nublados,
esqueletos de alondras y lobos de penumbra;
pero no da sonidos, ni cristales, ni fuego,
sino plazas y plazas y otras plazas sin muros.
Ya está sobre la piedra Ignacio el bien nacido.
Ya se acabó; ¿qué pasa? Contemplad su figura:
la muerte le ha cubierto de pálidos azufres
y le ha puesto cabeza de oscuro minotauro.
Ya se acabó. La lluvia penetra por su boca.
El aire como loco deja su pecho hundido,
y el Amor, empapado con lágrimas de nieve,
se calienta en la cumbre de las ganaderías.
¿Qué dicen? Un silencio con hedores reposa.
Estamos con un cuerpo presente que se esfuma,
con una forma clara que tuvo ruiseñores
y la vemos llenarse de agujeros sin fondo.
¿Quién arruga el sudario? ¡No es verdad lo que dice!
Aquí no canta nadie, ni llora en el rincón,
ni pica las espuelas, ni espanta la serpiente:
aquí no quiero más que los ojos redondos
para ver ese cuerpo sin posible descanso.
Yo quiero ver aquí los hombres de voz dura.
Los que doman caballos y dominan los ríos:
los hombres que les suena el esqueleto y cantan
con una boca llena de sol y pedernales.
Aquí quiero yo verlos. Delante de la piedra.
Delante de este cuerpo con las riendas quebradas.
Yo quiero que me enseñen dónde está la salida
para este capitán atado por la muerte.
Yo quiero que me enseñen un llanto como un río
que tenga dulces nieblas y profundas orillas,
para llevar el cuerpo de Ignacio y que se pierda
sin escuchar el doble resuello de los toros.
Que se pierda en la plaza redonda de la luna
que finge cuando niña doliente res inmóvil;
que se pierda en la noche sin canto de los peces
y en la maleza blanca del humo congelado.
No quiero que le tapen la cara con pañuelos
para que se acostumbre con la muerte que lleva.
Vete, Ignacio: No sientas el caliente bramido.
Duerme, vuela, reposa: ¡También se muere el mar!
4
ALMA AUSENTE
No te conoce el toro ni la higuera,
ni caballos ni hormigas de tu casa.
No te conoce el niño ni la tarde
porque te has muerto para siempre.
No te conoce el lomo de la piedra,
ni el rasgo negro donde te destrozas.
No te conoce tu recuerdo mudo
porque te has muerto para siempre.
El otoño vendrá con caracolas,
uva de niebla y montes agrupados,
pero nadie querrá mirar tus ojos
porque tú has muerto para siempre.
Porque, tú has muerto para siempre
como todos los muertos de la Tierra,
como todos los muertos que se olvidan
en un montón de perros apagados.
No te conoce nadie. No. Pero yo te canto.
Yo canto para luego tu perfil y tu gracia.
La madurez insigne de tu conocimiento.
Tu apetencia de muerte y el gusto de su boca.
La tristeza que tuvo tu valiente alegría.
Tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace,
un andaluz tan claro, tan rico de aventura.
Yo canto su elegancia con palabras que gimen
y recuerdo una brisa triste por los olivos.
A las cinco de la tarde
Eran las cinco en punto de la tarde.
Un niño trajo la blanca sábana
a las cinco de la tarde.
Una espuerta de cal ya prevenida
a las cinco de la tarde.
Lo demás era muerte y sólo muerte
a las cinco de la tarde.
El viento se llevó los algodones
a las cinco de la tarde.
Y el óxido sembró cristal y níquel
a las cinco de la tarde
Ya luchan la paloma y el leopardo
a las cinco de la tarde.
Y un muslo con un asta desolada
a las cinco de la tarde.
Comenzaron los sones de bordón
a las cinco de la tarde.
Las campanas de arsénico y el humo
a las cinco de la tarde.
En las esquinas grupos de silencio
a las cinco de la tarde.
¡Y el toro solo corazón arriba!
a las cinco de la tarde.
Cuando el sudor de nieve fue llegando
a las cinco de la tarde,
cuando la plaza se cubrió de yodo
a las cinco de la tarde,
la muerte puso huevos en la herida
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
A las cinco en punto de la tarde.
Un ataúd con ruedas es la cama
a las cinco de la tarde.
Huesos y flautas suenan en su oído
a las cinco de la tarde.
El toro ya mugía por su frente
a las cinco de la tarde.
El cuarto se irisaba de agonía
a las cinco de la tarde.
A lo lejos ya viene la gangrena
a las cinco de la tarde.
Trompa de lirio por las verdes ingles
a las cinco de la tarde.
Las heridas quemaban como soles
a las cinco de la tarde,
y el gentío rompía las ventanas
a las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
¡Ay, qué terribles cinco de la tarde!
¡Eran las cinco en todos los relojes!
¡Eran las cinco en sombra de la tarde!
2
LA SANGRE DERRAMADA
¡Que no quiero verla!
Dile a la luna que venga,
que no quiero ver la sangre
de Ignacio sobre la arena.
¡Que no quiero verla!
La luna de par en par.
Caballo de nubes quietas,
y la plaza gris del sueño
con sauces en las barreras.
¡Que no quiero verla!
Que mi recuerdo se quema.
¡Avisad a los jazmines
con su blancura pequeña!
¡Que no quiero verla!
La vaca del viejo mundo
pasaba su triste lengua
sobre un hocico de sangres
derramadas en la arena,
y los toros de Guisando,
casi muerte y casi piedra,
mugieron como dos siglos
hartos de pisar la tierra.
No.
¡Que no quiero verla!
Por las gradas sube Ignacio
con toda su muerte a cuestas.
Buscaba el amanecer,
y el amanecer no era.
Busca su perfil seguro,
y el sueño lo desorienta.
Buscaba su hermoso cuerpo
y encontró su sangre abierta.
¡No me digáis que la vea!
No quiero sentir el chorro
cada vez con menos fuerza;
ese chorro que ilumina
los tendidos y se vuelca
sobre la pana y el cuero
de muchedumbre sedienta.
¡Quién me grita que me asome!
¡No me digáis que la vea!
No se cerraron sus ojos
cuando vio los cuernos cerca,
pero las madres terribles
levantaron la cabeza.
Y a través de las ganaderías,
hubo un aire de voces secretas
que gritaban a toros celestes,
mayorales de pálida niebla.
No hubo príncipe en Sevilla
que comparársele pueda,
ni espada como su espada
ni corazón tan de veras.
Como un río de leones
su maravillosa fuerza,
y como un torso de mármol
su dibujada prudencia.
Aire de Roma andaluza
le doraba la cabeza
donde su risa era un nardo
de sal y de inteligencia.
¡Qué gran torero en la plaza!
¡Qué buen serrano en la sierra!
¡Qué blando con las espigas!
¡Qué duro con las espuelas!
¡Qué tierno con el rocío!
¡Qué deslumbrante en la feria!
¡Qué tremendo con las últimas
banderillas de tiniebla!
Pero ya duerme sin fin.
Ya los musgos y la hierba
abren con dedos seguros
la flor de su calavera
Y su sangre ya viene cantando:
cantando por marismas y praderas,
resbalando por cuernos ateridos,
vacilando sin alma por la niebla,
tropezando con miles de pezuñas
como una larga, oscura, triste lengua
para formar un charco de agonía
junto al Guadalquivir de las estrellas.
¡Oh blanco muro de España!
¡Oh negro toro de pena!
¡Oh sangre dura de Ignacio!
¡Oh ruiseñor de sus venas!
No.
¡Que no quiero verla!
Que no hay cáliz que la contenga,
que no hay golondrinas que se la beban,
no hay escarcha de luz que la enfríe,
no hay canto ni diluvio de azucenas,
no hay cristal que la cubra de plata.
No.
¡Yo no quiero verla!
3
CUERPO PRESENTE
La piedra es una frente donde los sueños gimen
sin tener agua curva ni cipreses helados.
La piedra es una espalda para llevar al tiempo
con árboles de lágrimas y cintas y planetas.
Yo he visto lluvias grises correr hacia las olas,
levantando sus tiernos brazos acribillados,
para no ser cazadas por la piedra tendida
que desata sus miembros sin empapar la sangre.
Porque la piedra coge simientes y nublados,
esqueletos de alondras y lobos de penumbra;
pero no da sonidos, ni cristales, ni fuego,
sino plazas y plazas y otras plazas sin muros.
Ya está sobre la piedra Ignacio el bien nacido.
Ya se acabó; ¿qué pasa? Contemplad su figura:
la muerte le ha cubierto de pálidos azufres
y le ha puesto cabeza de oscuro minotauro.
Ya se acabó. La lluvia penetra por su boca.
El aire como loco deja su pecho hundido,
y el Amor, empapado con lágrimas de nieve,
se calienta en la cumbre de las ganaderías.
¿Qué dicen? Un silencio con hedores reposa.
Estamos con un cuerpo presente que se esfuma,
con una forma clara que tuvo ruiseñores
y la vemos llenarse de agujeros sin fondo.
¿Quién arruga el sudario? ¡No es verdad lo que dice!
Aquí no canta nadie, ni llora en el rincón,
ni pica las espuelas, ni espanta la serpiente:
aquí no quiero más que los ojos redondos
para ver ese cuerpo sin posible descanso.
Yo quiero ver aquí los hombres de voz dura.
Los que doman caballos y dominan los ríos:
los hombres que les suena el esqueleto y cantan
con una boca llena de sol y pedernales.
Aquí quiero yo verlos. Delante de la piedra.
Delante de este cuerpo con las riendas quebradas.
Yo quiero que me enseñen dónde está la salida
para este capitán atado por la muerte.
Yo quiero que me enseñen un llanto como un río
que tenga dulces nieblas y profundas orillas,
para llevar el cuerpo de Ignacio y que se pierda
sin escuchar el doble resuello de los toros.
Que se pierda en la plaza redonda de la luna
que finge cuando niña doliente res inmóvil;
que se pierda en la noche sin canto de los peces
y en la maleza blanca del humo congelado.
No quiero que le tapen la cara con pañuelos
para que se acostumbre con la muerte que lleva.
Vete, Ignacio: No sientas el caliente bramido.
Duerme, vuela, reposa: ¡También se muere el mar!
4
ALMA AUSENTE
No te conoce el toro ni la higuera,
ni caballos ni hormigas de tu casa.
No te conoce el niño ni la tarde
porque te has muerto para siempre.
No te conoce el lomo de la piedra,
ni el rasgo negro donde te destrozas.
No te conoce tu recuerdo mudo
porque te has muerto para siempre.
El otoño vendrá con caracolas,
uva de niebla y montes agrupados,
pero nadie querrá mirar tus ojos
porque tú has muerto para siempre.
Porque, tú has muerto para siempre
como todos los muertos de la Tierra,
como todos los muertos que se olvidan
en un montón de perros apagados.
No te conoce nadie. No. Pero yo te canto.
Yo canto para luego tu perfil y tu gracia.
La madurez insigne de tu conocimiento.
Tu apetencia de muerte y el gusto de su boca.
La tristeza que tuvo tu valiente alegría.
Tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace,
un andaluz tan claro, tan rico de aventura.
Yo canto su elegancia con palabras que gimen
y recuerdo una brisa triste por los olivos.
Federico García Lorca
viernes, febrero 29, 2008
Más lenta que esta cuaresma
Sin embargo me pareció muy bien ambientada y goza de un buen soundtrack, además que siempre será soportable ver cualquier film donde se pueda gozar de la belleza, atractivo y gran personalidad de Keira Knightley.
viernes, febrero 22, 2008
domingo, febrero 10, 2008
The bucket list
La combinación de un excelente humor, el preciso y exquisito manejo de las emociones en la trama, la profundidad del tema tratado, los geniales diálogos, los maravillosos escenarios donde es filmada, y las excelentísimas actuaciones de Freeman y Nicholson, la perfilan como una de las mejores películas de esta temporada y probablemente, me atrevería decir, un clásico del séptimo arte americano. Altamente recomendada, continua en cartelera.
viernes, enero 25, 2008
Aunque ud. no lo crea
El día de hoy al regresar a la oficina después de comer, no me percate, hasta volver, que dejé el coche encendido toda la tarde.
jueves, enero 24, 2008
Críticos
El primer requisito para ser un buen crítico es la liberalidad; y el segundo, la liberalidad. Y el tercero, la liberalidad.
Gerald Manley Hopkins
martes, enero 08, 2008
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