jueves, agosto 31, 2006

Bruno Forte says

Esta es la respuesta que Bruno Forte da, a través de la poesía, al problema que sugeríamos en el post anterior; surgido de textos de Tomás de Aquino.

Paja:
accidental,
caduco se muestra el lenguaje,
frágil revestimiento
para evocar el abismo,
cruzado por palabras
que apenas dan cuenta
de la escondida fuente
del decir.
Como las semillas de trigo
de los campos soleados,
de las espigas maduras,
se deshacen
en premisas de panes sabrosos,
se diluyen
en nutrientes harinas,
así también las frases
quemadas por los soles
del decir maduro,
se explican
en rápidas cifras,
premisa de sabrosos silencios,
ordanándose
en alternativas diluidas
de esperas,
de escuchas... Escucha:
desde silencios profundísimos
procede la palabra
en tenue pronunciación
de sílabas cadenciosas
hacia nuevos silencios
preñados de vida.
Escucha:
germina desde el silencio
la palabra fecunda,
morada de los vivientes.
En silencio
escucha
la Palabra.
Escucha... El tiempo
de trilla ha llegado,
la paja ya es
separada de las semillas:
ya no es posible
trazar
figuras de voces.
Es victoria
rendirse ante el silencio:
el Asaltante nocturno
vence en el vado
de nuestro elocuente
callar.
"¡Reginaldo, no puedo!"

2 comentarios:

Darío Zetune dijo...

mmm, no entendí.

Será por la resaca... te dejo un abrazo de mientras.

Saludos

Unknown dijo...

Sergio: este texto está relacionado con el post anterior